Viernes 29 dic 2023 A veces quisiera andar por la vida cantando, como desquiciada, liberada, empoderada, sin tomar en cuenta los cuentos que escucharé mañana. De la fulana de sonrisa amplia, de la mujer que volaba sin alas, de la chica a la que el sol perseguía por las calles, esa que cantaba a pulmón abierto sus sentimientos, sus mentiras que ni ella se creía, sus verdades que le aterraban, sus amores reales y secretos, sus patrones de vida, sus angustias, anhelos y emociones. Cantaba al son de los camiones, del tren, de los pájaros de la gente, de la bulla que genera el mundo al girar. Esa mujer que corría en sus sueños y llevaba vida pausada, que era tímida por fuera y fiera indomable por dentro. Esa mujer que, con su voz, desarmaba el mundo, detenía peatones y vehículos pues su canto era tan fuerte que hasta los sordos la escuchaban en el alma: Si, cantar, con lo que resuene el día, cantar tangos, baladas, flamencos sufridos con voz ronca y tilinte. También cantos de euforia que te
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