Breve cuento de amor


Quedamos en encontrarnos el viernes a las 23:30 en el lugar de siempre para desesperar juntos. Ambos llegamos puntuales. Ella trae puesta su máscara roja y yo una negra. Nos besamos con urgencia. Las máscaras caen al suelo en el acto. Ambas se rompen en mil pedazos y la máscara roja y la negra se mezclan en sus añicos mientras el beso continúa juntando locura. Entonces seguimos con desesperación tratando de juntar todos los pedacitos de ellas. Los vamos echando en una bolsa de terciopelo azul que ella trajo aconsejada por su delirio de orden. Pasamos toda esa noche en cuatro patas sobre la vereda en semipenumbra, procurando rescatar hasta el mas mínimo fragmento de las máscaras, la de ella: roja, y la mia: negra. La desesperacion aumenta a medida que pasan las horas de busqueda porque sabemos que si no logramos juntar hasta el mas insignificante añico, cuando amanezca ya no nos reconoceremos, ya no volveremos a besarnos ni a jugar a los desesperados. Nos miramos....Un secreto? Fue acaso una añoro de pasión, o simplemente un sueño? Nos miramos... Al nacer la luz de un día nuevo, no queda mas que la carne trémula, el alma embriagada y el corazón contento; un recuerdo auténtico imborrable y el anhelo de una vida llena de nuevos encuentros. Carolina Sanabria y anonimo.

Comentarios

MRB ha dicho que…
Me gustó mucho tu blog, en especial este relato. Te felicito y sigue escribiendo.
Te invito a que conozcas mis dos sitios:
Uno es intimista y su dirección es:
www.desdeminterior-shanty.blogspot.com
El segundo es sobre obras de teatro:
www.muchoteatro-lmmr-blogspot.com

Saludos,

María Renée

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