Semana Santísima


Como si me hubieran arrancado el alma, de a trocitos, así llevo más de dos semanas sintiendo, hirviendo en cólera que no se evapora. Con ganas de destruir el día y callar la noche. Como con fuego adentro que no se apaga, que arde, crece y se empodera con los días. Perdida entre tantos lamentos vagos, tan pequeños que hasta vergüenza da dejarlos salir al aire.

Chiquitica, sin voz, siguiendo órdenes: Siéntese aquí, corra para allá, duérmase un ratico por acá, ejercítese a la vuelta, muévase con gracia para la foto, venga venga que curamos todas sus heridas, me han prometido. Y yo? Yo qué sé de qué carajos hablan! De las dolencias del corazón? De las de ser madre?, de las de ser emprendedora a medias? De la dolencia de soñar mucho y recibir nada? De la dolencia de pedir ayuda cuando nunca aprendí cómo? Da vergüenza aceptarlo. Da vergüenza pensar que mis agobios son los sueños de otros. Pero igual duelen eh? Me han dejado a medias en mi realidad... a medio peinarme, a medio vestir, a medio correr, a medio trabajo, a medio amor, a medias en todo.

Y no es que me considere pesimista; suficientes de esos tenemos ya en el mundo, en nuestras vidas, creadores de caos cuando nadie más lo ve. Suficiente tratamos ya de no sonar como ellos porque se siente a pecado en media Semana Mayor, Santa, santísima dirían por allá. Que te convertís en pescado si tenés pensamientos impuros, que te parte un rayo si disfrutás una comidilla rica, que te lleva el coco si no te das en el pecho un, dos tres, con las patas al revés.

Pues yo si no creo no respiro. Si no escribo, pinto o dibujo me asfixio, se me cierra la tráquea como a esos que comen camarón colorado, aunque sea solo el caldo. Se me acaba el aire si no me expreso, como niña en medio ataque de asma, haciendo añicos a sus padres impotentes presenciando la escena.  Y de impotencias puedo hablar mucho yo hoy. Mamá impotente, incapaz de hacer la cena. Mujer incapaz de trasladarse sola, mujer que no puede proveer a su hijo y ahí si,  ahí sí que me pisotean el orgullo.

Fui criada por amazonas: fuerte valiente, independiente, capaz de hacerle frente a lo que sea y más. Capaz de rescatar hombres, bestias y príncipes sin desvelo. Mujer dominante de fieras, humanas o no, de predadores, humanos o no, de desafíos, pequeños y grandes, matrona de vida, proveedora de paz, creadora de sueños.

Pues así medio robótica como ando, me da terror no ser esa amazona de antes. Terror que mis manos y cerebro sean incapaces de generar ideas y me fallen com nunca antes. Recordemos que lo mío es la vanidad intelectual, la gracia, la comunicación exquisita en cualquier lenguaje que escojás.

Quiero mi voz de vuelta ya! Mis manos, mis musas, mis anhelos, mis sueños, mi vocación, mi pasión mi yo.  Quiero levantarme mañana y sentir que todo está en orden en mi universo. Que nada falta, todo pasa, todo es calma.


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